Parque de Thabor ©Julien Mignot
Parque de Thabor ©Julien Mignot
Parque de Thabor ©Franck Hamon
Parque de Thabor ©Franck Hamon

Experiencia 05

Estancia

Naturaleza

Día 1
Parques y jardines

En Rennes, hay multitud de parques con estilos muy diferentes.

El PARQUE DE THABOR es el más majestuoso de la ciudad. Clasificado como «jardín de prestigio», combina un magnífico jardín francés, un jardín botánico así como zonas más silvestres. También se puede tomar una copa en una terraza, dar una vuelta en el tiovivo o salir a correr por el circuito de 1,5 kilómetros, muy ondulado, que rodea el parque.

Parque de Thabor ©Franck Hamon
Parque de Thabor ©Franck Hamon
Parque de Thabor ©Bruno Mazodier
Parque de Thabor ©Bruno Mazodier

EL PARQUE DES GAYEULLES, el mayor y más deportivo de Rennes, se extiende por 100 hectáreas y ofrece múltiples actividades.

EL PARQUE OBERTHÜR, el más zen, forma un magnífico escenario alrededor de la mansión del famoso impresor de Rennes, François-Charles Oberthür. Unos grandes árboles proyectan su sombra en este parque tan bonito donde resulta agradable pasear.

Le Parc des Gayeulles, © Rennes ville et Métropole / D. Gouray
Le Parc des Gayeulles, © Rennes ville et Métropole / D. Gouray
Résidence Oberthur ©Dominique Levasseur
Résidence Oberthur ©Dominique Levasseur

EL PARQUE DES TANNEURS, el más secreto, es un pequeño rincón exuberante resguardado de las miradas, situado a 5 minutos a pie de la plaza Sainte-Anne. Se accede a este por la calle Saint-Martin, atravesando una gran reja que conduce a una propiedad de prestigio, habitada antaño por familias de curtidores. Atrévase a entrar en este parque de poco más de una hectárea para apreciar su encanto romántico y admirar los hermosos ejemplares de secuoyas.

EL PARQUE BOTÁNICO DE ALTA BRETAÑA: En las afueras de Rennes, le recomendamos una visita al Parque Botánico de Alta Bretaña. En 25 hectáreas, descubrirá 24 jardines encantados, poéticos y originales.

Le Parc des Tanneurs ©D. Gouray
Le Parc des Tanneurs ©D. Gouray
©Donatienne Guillaudeau
©Donatienne Guillaudeau
Día 2
El Pays Malouin

Desde la majestuosa ciudad pirada de Saint-Malo pasando por Cancale, es imposible aburrirse en la Costa Esmeralda. Magníficos paisajes se entremezclan con un patrimonio excepcional. En Saint-Malo, no se pierda la visita a las Malouinières, las murallas y el Fuerte Nacional construido por Vauban. Para llegar a Cancale, tome la carretera turística que bordea la costa pasando por la Punta del Grouin. De camino, para una visita original, pase por Rotheneuf y admire las 300 rocas esculpidas por el Abbé Fouré, frente al mar… En Cancale, visite sin dudarlo el mercado de ostras abierto los 7 días de la semana.

Cancale, Pointe du Grouin © LE GAL Yannick
Cancale, Pointe du Grouin © LE GAL Yannick
Rothéneuf, Abbé Fouré ©Shutterstock
Rothéneuf, Abbé Fouré ©Shutterstock
Día 3
La Costa Esmeralda

Un día no es suficiente para visitar la Costa Esmeralda. Hoy diríjase a Dinard para admirar sus hermosas casas y seguir el paseo del claro de luna. Continúe hasta la localidad de Saint-Lunaire. Sus cabinas rojas y blancas, símbolo de la localidad, le harán sucumbir a los encantos de la Belle Époque. Solo o acompañado por un animador especializado, disfrute de una bocanada de aire del mar y vaya a pescar a pie.

Dinard, villas et plage © Emilie Agniel - ADT 35
Dinard, villas et plage © Emilie Agniel - ADT 35
©Yannick Le Gal
©Yannick Le Gal
Día 4
El bosque de Brocelianda
y sus leyendas

Siga los pasos del rey Arturo y del mago Merlín en este bosque mágico. A lo largo del año se organizan numerosos paseos, con o sin cuentacuentos. Descubra los lugares emblemáticos de este bosque mítico: el Valle sin Retorno y el Árbol de Oro, la fuente de Barenton o la tumba de Merlín. INFORMACIÓN PRÁCTICA: Pase por la Oficina de Turismo de Paimpont para recoger un mapa, ya que los lugares están muy alejados unos de otros.

L\'Or de Brocéliande, \"L\'Arbre d\'Or \" ©Yvon Boelle
L'Or de Brocéliande, "L'Arbre d'Or " ©Yvon Boelle
Paimpont, la fuente de Barenton en el bosque de Broceliande ©Emmanuel Berthier
Paimpont, la fuente de Barenton en el bosque de Broceliande ©Emmanuel Berthier